De estos parajes ya conocía el polvo y la piedra: aquí se me quebraron los párpados resecos de otear, y por mis cuencas asomaron las lánguidas ramas de la hiedra. De tanto otear, sin embargo, terminé por albergar estos cuatro espejismos: el amor, el tedio, la enfermedad y la ira. Hubo días en los que … Sigue leyendo Parábola de la mala cosecha